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La denominada Biblia Políglota Complutense fue la primera edición impresa en varias lenguas de una Biblia completa. Es considerada uno de los testimonios más relevantes del humanismo cristiano del Renacimiento y el mayor monumento tipográfico de la imprenta española de la época. Su elaboración fue encargada por el cardenal Cisneros a la Universidad de Alcalá a principios del siglo XVI.
Los trabajos preparatorios se iniciaron con la búsqueda de los textos sagrados, para lo cual el cardenal Cisneros compró o pidió prestados antiguos y valiosos códices latinos, caldeos, hebreos y griegos. Algunos de estos códices han sobrevivido a los siglos y son custodiados en la actualidad en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid. El siguiente paso fue reunir a un grupo de sabios colaboradores, muchos de los cuales serían también profesores en Alcalá. Destacaron los hebraístas Alfonso de Zamora, Pablo Coronel y Alfonso de Alcalá, los helenistas Demetrio Ducas, Hernán Núñez de Guzmán, Diego López de Zúñiga y Juan de Vergara, y, entre otros latinistas, llegó a trabajar algún tiempo Antonio de Nebrija.
La impresión se encargó al tipógrafo Arnaldo Guillén de Brocar, cuyo trabajo resultó determinante para el éxito y la fama alcanzados por la obra. El sencillo diseño de sus limpios y bellos tipos, la admirable maquetación, la extraordinaria corrección tipográfica, la esmerada estampación y la intensísima y lúbrica tinta negra, hizo de la Biblia Políglota Complutense una de las obras más bellas del siglo XVI. La Políglota Complutense supuso, además, un gran avance en las técnicas de imprenta, debiendo estampar en varias lenguas. De hecho, con esta ocasión fueron labrados los primeros caracteres que hubo en el mundo de hebreo y griego.
La obra se estructuró en seis volúmenes en folio, todos con portada a dos tintas con el escudo de armas del cardenal Cisneros rodeado de una orla renacentista. Los primeros cuatro volúmenes correspondientes al Antiguo Testamento se hallan impresos en hebreo, latín de la Vulgata y griego en la versión de los Setenta con traducción latina interlineal. En el Pentateuco se incluye además el Targum arameo de Onqelos, con su correspondiente traducción latina. El volumen V recoge el Nuevo Testamento, con texto en griego y latín de la Vulgata, e incluye un diccionario griego-latino. El volumen VI contiene un vocabulario hebreo-caldeo con explicación latina de cada término, un índice de nombres propios latinos con su correspondencia en hebreo o griego, y una breve gramática hebrea.
La impresión comenzó en enero de 1514, con el volumen V correspondiente al Nuevo Testamento. En julio de 1517 se terminaron de imprimir los seis volúmenes de la obra, pero no pudieron salir a la venta por una serie de circunstancias adversas, la primera de las cuales fue la muerte del cardenal Cisneros. En 1520 se recibió el breve de aprobación de la obra concedido por el papa León X y parece que no fue hasta 1521 cuando comenzó la venta, a seis ducados y medio de oro, de los 600 ejemplares editados en papel y 6 en vitela.
La Políglota suministra un gran caudal de información. En los cuatro volúmenes que corresponden a las Escrituras Hebreas, cada página trae, en tres columnas, el texto de la Vulgata (centro), el hebreo (exterior) y el griego (interior), acompañado de una versión interlinear latina. Los márgenes contienen las raíces de muchos términos hebreos. Y en la parte inferior de las páginas del Pentateuco, figura el Targum de Onkelos (paráfrasis aramea de los cinco primeros libros de la Biblia) con su correspondiente traducción latina.
El quinto volumen contiene las Escrituras Griegas dispuestas en dos columnas: una con el texto griego y la otra con su equivalente en latín, tomado de la Vulgata. Ambos textos están vinculados entre sí mediante letras voladitas que remiten al lector a la palabra equivalente de cada columna. El texto griego de la Políglota fue el primer “Nuevo Testamento”, o Escrituras Griegas, en imprimirse de la historia, seguido poco después por la edición que preparó Erasmo.
Se puso tanto esmero en la corrección del quinto volumen, que solo se han hallado 50 erratas, lo que ha impulsado a los críticos modernos a considerarlo superior al célebre texto griego de Erasmo. Los elegantes caracteres griegos están a la altura de la primorosa belleza de los más antiguos manuscritos unciales. El sexto volumen de la Políglota encierra, entre otros elementos para el estudio de la Biblia, un diccionario hebreo y arameo, interpretaciones de los nombres hebreos, arameos y griegos, una gramática hebrea y un índice latino para el diccionario.
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