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Juan de Brocar fue hijo de Arnao Guillén de Brocar. A la muerte de su padre comparte el taller de Alcalá de Henares con su cuñado, Miguel de Eguía aunque no aparece su nombre en ninguna obra hasta 1538. Trabajó ocasionalmente en Logroño y en Segovia. Murió en 1552.
En los años en que Juan de Brocar se hace cargo de la imprenta, el taller continuó siendo de gran categoría, aunque los tiempos habían cambiado, y mucho. En el conjunto de su producción destaca sobremanera la presencia de textos legales, más aún la de textos devocionales, sin que falten libros litúrgicos y productos para el gran público, en forma de pliegos sueltos, pero indudablemente lo que caracteriza a esta oficina tipográfica es la producción de textos universitarios. Algunos períodos serán especialmente importantes, como es el caso del año 1542, cuando ofrece una magnífica edición de las Partidas y la importante glosa de las Leyes de Toro debida a Fernando Gómez Arias. Mantiene en estas fechas una intensa relación con libreros de Medina del Campo.
Lo vamos a considerar impresor riojano por las dos ediciones en el taller que abrió temporalmente (1542-1543) en Logroño, taller que había permanecido inactivo desde que suspendiera Miguel de Eguía su actividad en 1534. En esta ciudad Juan de Brocar imprime en 1542 un bello Missale secundum consuetudinem Calagurritanae et Calciatensis ecclesiarum y un año después en 1543 un Breviarium Calagurritanum et Calciatense ambos por encargo del obispo de Calahorra y La Calzada, Antonio Ramírez de Haro.
Después de este momento nada más sabemos de la imprenta que Arnaldo abre en Logroño y que Eguía utilizó durante siete años. Habrán de pasar 45 años para que se abra un nuevo taller en Logroño, a cargo de Matías Mares.
Las obras que la Biblioteca de La Rioja conserva de Juan de Brocar, corresponden al taller de Alcalá: Paradisus delitiarum Pauli Apostoli de 1538 y Auiso de curas muy prouechoso para los que exercitan el officio de curar animas de Juan Bernal Díaz de Luco en 1551. Una vez muerto Juan de Brocar su taller continuará activo siempre a su nombre hasta 1560, de esta época la biblioteca tiene: Margarita seu Summa confessorum de Domingo Baltanás impreso en 1554 y costeada por Juan de Medina, el más antiguo de los libreros de Madrid y que costearía un buen número de impresiones, en particular obras de carácter religioso; y Commentaria in Genesim de Antonio de Honcala en 1555.