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"El mudéjar es una de las mayores aportaciones hispanas al patrimonio histórico-artístico mundial, algo de lo que debemos enorgullecernos y que tenemos la obligación de conservar, explicar y difundir"
Piel sobre tabla : encuadernaciones mudéjares en la BNE. Madrid : Biblioteca Nacional de España, 2013.
El arte de encuadernar aparece en el s. IV en el momento preciso en el que el libro adopta la forma rectangular del códice sustituyendo a la tradicional de rollo cilíndrico. El fin con el que nace la encuadernación no es otro que el de contener, protegiendo, el conjunto de hojas o pliegos que formaban un libro.
Muy pronto, las tapas comienzan a decorarse con una intención estética, tratando de convertir el libro en un objeto, no solo atractivo, sino hermoso. La decoración va a conferir al libro belleza plástica que se basa en la calidad de los materiales que se utiliza, en la armonía de los colores, en el diseño, etc. Este afán estético va a abrir las puertas a la posibilidad de que la obra del encuadernador se convierta en obra de arte. Las cubiertas se confeccionaron con pieles, las cuales se enriquecieron con metales preciosos o marfil, y se adornaron con esmaltes, piedras preciosas o semipreciosas. Las pieles se trabajaron mediante diversas técnicas: gofrado, dorado, repujado y las técnicas del trabajo de la piel por incisión y pirograbado. También las cubiertas se entelaron con telas, a menudo preciosas: terciopelos, damascos, sedas, bordados, muy usados en los libros íntimos o de uso personal, sobre todo los devocionarios y las ejecutorias.
A través de sucesivas "noticias" vamos a seguir conociendo, esta vez en el campo de la encuadernación, un poco más el fondo antiguo de la Biblioteca de La Rioja. De este fondo, si exceptuamos un pequeño grupo de libros cuya encuadernación ha desaparecido (151 volúmenes), se encuentra encuadernado como sigue:
-- Encuadernaciones del XV al XVIII realizadas en modesto pergamino en su color natural que pueden cubrir una plancha de cartón o, raramente, una tabla de madera; y libros en cuero que pueden ser de cordero, cabra, cerdo, ternera y vaca, generalmente en su color natural y, al igual que con el pergamino, pueden recubrir una plancha de madera o cartón. Suelen llevar cierres de cuero o metal, y la decoración puede realizarse mediante las técnicas de gofrado, dorado, repujado, incisión y pirograbado. En sus encuadernaciones encontramos representados todos los estilos artísticos que se desarrollan en España: mudéjar, renacentistas, etc.
-- Encuadernaciones del siglo XIX que presentan ya, en su inmensa mayoría, una encuadernación editorial, no siendo raro que esta sea en tela, aunque la mayor parte es en sencilla rústica o en cartoné.
ENCUADERNACIÓN MUDÉJAR EN LA BIBLIOTECA DE LA RIOJA (S. XV-XVI)
Durante la Baja Edad Media, en España, de manos de moriscos y judíos que permanecen en las ciudades conquistadas por los cristianos, se desarrolla entre finales del siglo XIII y principio del XVI, aunque tiene su mayor apogeo en siglo XV. El estilo mudéjar no solo aparece en la península ibérica sino que también encontramos encuadernaciones mudéjares en Italia, Hungría o Francia.
Técnicamente, los artesanos mudéjares seguirán fieles a los materiales empleados en la encuadernación medieval: tapas de madera, cosido sobre nervios, pergamino como soporte de la escritura, pero irán incorporando otros materiales. Pronto, el papel sustituye al pergamino como soporte. Las pesadas tapas de madera se irán sustituyendo por las de cartón o papelón, realizado con hojas inservibles, recortes y otros desechos pegados entre sí. Las encuadernaciones se hicieron entonces más flexibles y ligeras, permitiendo una lectura más cómoda sujetando el libro entre las manos. Una vez cosido y metido el libro en tapas, estas se cubren con un material flexible y resistente, siendo el cuero el más utilizado. Las más utilizadas son las de becerro y cabra, sometidas a un curtido vegetal y teñidas con colores oscuros y conocidas con el nombre de cordobanes.
Encuadernación mudejar de bandas. S. XVI. (Biblioteca de La Rioja, sig. IyR/10)
El gran avance de la estética mudéjar será el convertir las cubiertas del libro en una prolongación del contenido del libro y en un elemento de prestigio social. Partiendo de la simplicidad de sus elementos decorativos (motivos geométricos, palos y arcos con forma de cuerda), y la complejidad de las estructuras de lacerías, el mudéjar consigue alcanzar el dominio de las técnicas de fileteado o grabado de líneas en seco, repujado y gofrado o estampado en seco, creando verdadera obras de arte en el terreno de la encuadernación. A mediados del siglo XV introducirán el oro para resaltar pequeños circulillos o botones.En cuanto al repertorio ornamental predomina el geométrico (lacerías, trenzados, anudamientos, círculos), aunque a finales del siglo XV podemos empezar a ver estos motivos combinados con otros de gusto gótico como motivos animales, flores menudas y ya avanzado el s. XVI con otras decoraciones renacentistas (acantos, medallones).
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Detalle de la decoración de lacería de la encuadernación anterior
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Detalle de decoración en ajedrezado. S. XV (Biblioteca de La Rioja, sig. IyR/29)
Una de las características más importantes de las encuadernaciones mudéjares es el trabajo de lacería en la decoración: dos hilos o filetes que forman una cinta, la cual se entrecruza o entrelaza por toda la tapa, rellenando los espacios libres con pequeños hierros. La composición decorativa de este trabajo puede ir desde dar protagonismo ornamental a un solo motivo de lacería (bello ejemplo un Misal Toledano, conservado en la Biblioteca Nacional y fechado en la segunda mitad del siglo XV); o realizar una composición en el que las cintas entrelazadas configuran un dibujo geomético que puede repetirse indefinidamente; o con uno o dos grandes círculos o cuadros centrales cubiertos de hierros menudos de relleno y cenefas; o utilizar motivos centrales de arte gótico como rosetones, cuatrifolios, cruces, rombos o escudetes, etc.
Misal toledano conservado en la Biblioteca Nacional de España. (Segunda mitad del s. XV)
También encontramos trabajos mudéjares en lo que se utiliza el pergamino, que aunque se trate también de piel, presentan unas técnicas ornamental propias, más sencillas que la anterior. En ellas predomina la tipología de cartera, con solapa superpuesta y cierre atado con tiras de cuero. Pueden no tener ningún tipo de decoración o utilizan motivos aislados, a veces pintados o a veces realizados con tiras de piel que componen un motivo.
Encuadernación árabe de cuero con forma de cartera s. xv? 303 x 203 x 45 mm. Procedencia: Biblioteca Central Marqués de Valdecilla. Signatura: BH MSS 616
Para concluir diremos que si bien el conjunto de obras con encuadernación mudéjar que se encuentran en la Biblioteca de La Rioja es pequeño, sí que es lo suficientemente representativo para tenerlo en cuenta, A continuación presentamos cuatro piezas como muestra de este estilo que se encuentran en nuestra biblioteca.
BIBLIOGRAFÍA:
ÁLVARO ZAMARO, M. I. Encuadernaciones mudéjares. En Artigrama, 2008, N. 23, P. 445-481.
La encuadernación artística española : su expresión en La Rioja. Logroño : Biblioteca Pública Central de La Rioja, D.L. 1994
Historia ilustrada del libro español. Los manuscritos. Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez : Pirámide, 1993.
LÓPEZ SERRANO, M. La encuadernación española. Madrid : Anaba, 1972.
Piel sobre tabla : encuadernaciones mudéjares en la BNE. Madrid : Biblioteca Nacional de España, 2013.
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