KV62. Cien años de la revolución de la egiptología

La tumba KV62, situada en el Valle de los Reyes (Egipto), es una tumba real egipcia que contiene a la momia de Tutankamón. Fue descubierta en 1922 por Howard Carter bajo los restos de las viviendas de los trabajadores de la época ramésida, lo que la salvó de los saqueos de ese periodo. Como dato curioso, Carter consiguió fotografiar algunas ofrendas florales que se desintegraron al tocarlas.
La tumba consta de cuatro salas y estaba llena de objetos, pero en desorden. Debido a su estado y al método meticuloso de estudio de Carter, se tardó ocho años en vaciarla y trasladar al Museo Egipcio de El Cairo todo lo encontrado, más de 5000 piezas, incluida la máscara funeraria de Tutankamón de oro macizo.
Se dice a menudo que la tumba de Tutankamón nunca fue saqueada, pero esto no es exacto: de hecho lo fue por lo menos dos veces no mucho después del entierro, ya que hay evidencias de que en las puertas selladas se practicó una abertura en las esquinas superiores, que fue precintada de nuevo más adelante. Se ha estimado que el 60 % de las joyas depositadas en la llamada "Tesorería" fueron robadas, y que los funcionarios de la necrópolis embalaron las que se salvaron de forma precipitada.​ Las puertas exteriores de las capillas, que incluían los ataúdes jerarquizados del rey, se dejaron abiertas y sin sellar.
Parece ser que, tras uno de los robos, algunos artículos de la KV62 se depositaron en la tumba KV54.
En 1907, justo antes del descubrimiento de la tumba de Horemheb, el equipo de Theodore M. Davis encontró una pequeña cámara, la llamada KV54, conteniendo objetos funerarios con el nombre de Tutankamón. Pensando que era la tumba de este faraón, Davis concluyó la excavación.
El arqueólogo británico Howard Carter (a las órdenes de Lord Carnarvon) descubrió la tumba de Tutankamón en el Valle de los reyes el 4 de noviembre de 1922, cerca de la entrada de la de Ramsés VI, la KV35. El hallazgo renovó el interés del mundo occidental por la egiptología. Carter avisó a Carnarvon y el 26 de noviembre ambos hombres fueron los primeros en entrar en la tumba en 3300 años. Entonces, exclamó su famosa frase: «Veo cosas maravillosas».
Tras semanas de excavación cuidadosa, el 20 de marzo de 1923 Carter abrió la cámara interior y descubrió el sarcófago del faraón.
Desde que apareció el primer tramo de escalera el 4 de noviembre de 1922, el avance de la excavación fue lento y minucioso, concluyendo el 8 de noviembre de 1930, fecha en que se sacaron los últimos objetos.

El antiguo Egipto o el Egipto antiguo fue una civilización de la Antigüedad, que se originó a lo largo del cauce medio y bajo del río Nilo, cuya historia abarca más de tres milenios. Es considerado una de las cunas de la civilización. El nombre original del país, especialmente durante el Imperio Antiguo, fue Kemet, ‘tierra negra’, por el color del limo fertilizante que cubría durante la regular inundación anual el valle que se encuentra a orillas del río Nilo, en oposición a Deshret (‘tierra roja’), por la arena del desierto del Sahara, que cubre la mayor parte del territorio egipcio.
El área del Antiguo Egipto ha variado a lo largo de los siglos, pero en general se acepta que abarcaba desde el delta del Nilo en el norte, hasta Elefantina, en la primera catarata del Nilo, en el sur. Además controlaba el desierto oriental, la línea costera del mar Rojo, la península del Sinaí, y un gran territorio occidental dominando los oasis dispersos . Históricamente, estaba formado por el Alto y el Bajo Egipto, al sur y al norte respectivamente, que precedieron a la creación de un Estado unificado. En su período de mayor expansión controló los reinos amorreos de Palestina y el norte de Siria, llegando hasta el Éufrates medio, y las jefaturas nubias del Sudán, hasta el Jebel Barkal, en la cuarta catarata del Nilo. Ejerció una importante influencia cultural entre los pueblos vecinos, e incluso en regiones tan alejadas como Chipre, la costa de Anatolia y la península helénica.
La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3500 años. Comenzó con la unificación de algunas ciudades del valle del Nilo, alrededor del año 3200 a. C., y convencionalmente se da por finalizada en el año 31 a. C., cuando el Imperio romano conquistó y absorbió el Egipto ptolemaico, el cual desapareció como Estado. Este acontecimiento no representó el primer período de dominación extranjera en Egipto, pero condujo a una transformación gradual en la vida política y religiosa del valle del Nilo, marcando el final del desarrollo independiente de su identidad cultural. Ésta, sin embargo, había comenzado a diluirse paulatinamente tras las conquistas de los persas (siglo VI a. C.) y los macedonios (siglo IV a. C.), especialmente durante el período de los Ptolomeos. Tras la expansión del cristianismo entre los egipcios, Justiniano I prohibió en 535 el culto a la diosa Isis en el templo de File, lo cual terminó con una religión vigente durante más de cuatro milenios. No obstante, el idioma egipcio —llamado copto— siguió utilizándose, escrito en un alfabeto derivado del griego, y los egipcios se identificaron plenamente con el cristianismo, en especial con la doctrina monofisita. Surgió entonces una literatura copta, de carácter cristiano, que recogía mitos, costumbres y creencias de la antigua religión tradicional. La sustitución del copto por el árabe, en el marco de la islamización del país después de su conquista, supuso el final definitivo de los últimos restos del Antiguo Egipto.